jueves, 11 de junio de 2009

EQUIPO GRACIAS!


En el deporte siempre se intenta conseguir lo máximo. Te esfuerzas día tras día en los entrenamientos para conseguir una posterior recompensa. Tu objetivo es poder ir junto con tus compañeras a los campeonatos; primero autonómicos y después nacionales. Pero, por desgracia, no siempre sale todo como nosotras esperábamos…

No consigues clasificarte para jugar el siguiente sector y ahí acaba la temporada tan esperada durante las vacaciones. Y es en esos momentos en los que te paras a reflexionar…
Piensas en el esfuerzo realizado durante todo el año, en los muchos kilómetros recorridos para jugar un partido, en el dinero que le cuesta a tu familia el que tú estés ahí… Y te preguntas, ¿realmente vale la pena?

Yo no soy nadie para decirte lo que debes o no hacer, simplemente te diré una frase muy sabia que salía en una canción: ‘’EL DESTINO ES LA PROMESA DE SEGUIR, ¡ADELANTE!’’

Ahora lo ves todo muy negro pero piensa conmigo…
- En todos esos entrenamientos, ¿realmente has sufrido? Yo creo que no. Lo has podido pasar mal cuando tu entrenador te mandaba correr, pero tú en el fondo sabías que era por tu bien.
- Todos los kilómetros que has hecho, ¿lo has pasado mal, aun levantándote un domingo a las siete de la mañana para ir a jugar? El mal humor te cambió en el momento en que llegaste al pabellón y empezaste a bromear con tus compañeras de la cara que llevabais todas.
- El dinero que cuesta que estés ahí, ¿realmente crees que a tus padres les importan unos míseros euros si nada más llegar a casa te ven la cara de felicidad? Es verdad que no todo el mundo puede permitirse los mismo lujos, pero sí todos los padres quieren ver a sus hijos contentos y felices.

El deporte no es solo esfuerzo físico. El deporte significa compañerismo (cuando entre todas recogemos los balones), convivencia (cuando nos vamos de campeonato), saber perder (cuando el otro equipo ha sido claramente superior), generosidad (cuando le pasas a tu compañera el balón ya que está mejor posicionada que tú)…

Yo creo que ya te he nombrado muchas razones por las que no debemos de tirar la toalla y continuar. Porque, puede que este año no hayamos ganado un título, pero sí ha sido un año increíble lleno de momentos vividos con tu equipo. Y eso, déjame decirte, es el mejor trofeo que pueda existir.
GRACIAS POR ESTAR AHÍ SIEMPRE EQUIPO OSKMM
¿Os habéis parado a pensar alguna vez en los momentos anteriores a un partido en el que te juegas todo? ¿No? Pues yo sí.
Esos instantes se te hacen eternos… Lo único que haces es pensar y pensar. Darle mis vueltas a la cabeza repitiéndote: ¿Ganaremos? ¿Jugaré bien? ¿Cómo lo haremos? Te olvidas de todo lo demás; ya no existen amigos, instituto, familia… solamente la victoria.

Miras a tu alrededor observando a tus compañeras. Parecen serenas y concentradas, pero en su interior se está deliberando una batalla en la que los nervios predominan sobre cualquier cosa, y cuyo sentimiento se refleja en sus miradas.
Cada una se concentra de forma distinta creyendo que es la mejor manera para motivarse: unas miran a través de la ventana de ese autobús que parece que no llega nunca; otras cierran los ojos, aparentemente dormidas; otras se colocan los auriculares en las orejas repitiéndose en su cabeza, una y otra vez, la misma canción que les hace ser fuertes; y otras charlando para hacer más ameno el trayecto. Muchas maneras pero todas ellas con un único objetivo: ¡GANAR!
Llegamos al pabellón, parece que la espera se acorta. En los vestuarios todas siguen con ese ritual propio de concentración. Salimos a la pista y calentamos. Poco a poco van surgiendo palabras de ánimo hacia tus compañeras. Ingenua de ti al pensar eso, pues lo que intentas es darte ánimos a ti misma. Miras a tus oponentes y no puedes dejar de compararlas contigo: parecen muy buenas… se les nota al mirarlas… ¿No te han enseñado a no juzgar a la gente antes de conocerla? Pues esto es igual pero deportivamente hablando. Se acaba el calentamiento y nos reunimos en círculo a la espera de las palabras del entrenador. Él es quien decide la que juega y en qué posición lo hace. Antes de colocarnos en pista hacemos ese grito que nos da esperanzas y que te recuerda el por qué estas ahí. Una vez todos colocados suena ese pitido que te indica el comienzo del partido y de los 60 minutos más importantes de tu vida balonmanística.


1 comentario:

Miguel Roa Guzmán dijo...

Ánimo, el esfuerzo siempre trae recompensas y satisfacciones, aunque no ganéis.
Un huelmense alejado de Huelma.